17 meses... el temperamento...
Durante su segundo año de vida el niño se vuelve más inquieto y su comportamiento resulta imprevisible. Pasa de la tranquilidad y la docilidad a las travesuras y las pataletas. Por eso se habla de los "terribles dos años". En realidad el niño está en plena búsqueda de independencia y autoafirmación.
El temperamento es innato en el niño, aunque el entorno y el carácter de sus padres también influyen en él "para mejorarlo" o "para empeorarlo".
Cada niño es, pues, diferente y requiere una atención diferente en función de su temperamento y de sus circunstancias personales.
Al disminuir su apetito, el niño se vuelve selectivo a la hora de elegir los alimentos que va a ingerir. De ahí que a menudo aparte la cabeza cuando no le gusta lo que le ofrecen.
Esta nueva capacidad selectiva afecta también a la frecuencia y la constancia con la que ingiere los alimentos. Puede comer mucho en el desayuno y rechazar luego la cena. O puede que un día sólo quiera un determinado alimento y al día siguiente lo rechace.
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